miércoles, 4 de agosto de 2010

El hombrecillo de bronce

Un año más se ha celebrado ese vergonzosa competición de egos en la charca maloliente del bufón suizo y su corte de aduladores. Este año el resultado ha sido especial, pues a la tercera ha vencido el creador de la criatura y para celebrarlo se ha transformado en una estatua de bronce mediante una tosca herramienta digital. Sorprende que haya cosechado más votos que todas las féminas juntas, quizás sea el pago de cuentas pendientes de la docena de parásitos sin hogar que ha acogido en su horrísono parque temático. Afortunadamente para la humanidad que goza del sentido de la vista no prometió un posado en bikini si resultaba vencedor.