La tregua declarada conjuntamente por la Academia y el Liceo es una gran noticia y llega en el mejor momento. Justo cuando los ánimo belicosos de la Resistencia apuntaban a un agosto sangriento las dos organizaciones han dado un ejemplo de responsabilidad dejando en evidencia a sus enemigos. La principal pega de este acuerdo es su caducidad, septiembre se me antoja demasiado cercano como para relajarme a gusto. Como se suele decir menos da una piedra, habrá que disfrutar estos días de calma. El Bibliotecario y un servidor aprovecharemos para recargar las pilas y desconectar de este conflicto cósmico con los Grises, Delos...
Un saludo, Gustav Holst
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