Una vez más la despechada secretaria de mi buen amigo Edward vuelve a este nuestro blog con sus palos y antorchas a repetirnos la misma amenaza con unos retoques nimios. Si el mensaje es el mismo la respuesta también lo es, no cederemos a la presión de unos fanáticos desnortados que claman por el regreso de un hombre al que han convertido en un Dios sus infantiles y débiles mentes. Lo único que me crea cierta incertidumbre y un hondo pesar es el sospechoso trato que han firmado con la belicosa Resistencia. Claro que es algo comprensible cuando se delega en una reconodia "genocida". Así que por nosotros pueden seguir berreando todo lo que gusten, no pensamos irnos ni ceder este diario. Retomo mis tareas como miembro de la Asamblea, que traerán prosperidad y conocimiento a la humanidad.
Firmado, el Bibliotecario.
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