Aprovechando la habitual resaca de la decadente y gratuita sesión dominical de la cueva de los farsantes informaremos sobre la más reciente reunión extraordinaria de la honorable Asamblea. Deseamos desmentir los bulos lanzados por esas mentes fantasiosas sin oficio ni beneficio (honesto). Lejos de estar sumida en tensiones y discusiones por el rumbo a tomar la Asamblea ha celebrado una completa Victoria sobre la secta fundada por la asesina personal de Sir Edward Holst. La declaración de guerra con la consiguiente movilización de la Legión Ilustrada, con el apoyo táctico del resto de organizaciones que forman la Asamblea, ha barrido con facilidad a esa horda de fanáticos descerebrados. La lamentable dirección de Ellen Blackmoon, una estratega mediocre con graves desórdenes mentales, les ha obligado a traicionar sus supuestos ideales primero firmando un pacto de no agresión con los terroristas de la Resistencia y ahora echándose en sus brazos cual damisela en apuros, buscando refugio. Su incorporación al plantel de plumillas de la bitácora del criminal Steiner es tan solo un flojo intento de salvarle la cara ante sus cada vez menos numerosos seguidores.
Ellen Blackmoon, el rostro de la derrota.
Declaramos concluida la Guerra, la Legión Ilustrada regresará a sus destinos habituales. Eso no quiere decir que vayamos a dejar de combatir a los enemigos de la razón. Tan solo que lo afrontaremos de una forma diferente. Ahora están acorralados, antiguos enemigos forzados a convivir, con la proverbial espada de Damocles pendiendo sobre sus cabezas huecas.
¡Larga vida a la Asamblea!
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