Con esta entrada quiero disipar cualquier tipo de duda que puedan albergar sobre los administradores de esta bitácora. No vamos a ceder a ningún tipo de amenazas, ni a los pueriles intentos de asesinato firmados por penosos grupúsculos ni los grandilocuentes mensajes de fanáticos como Ellen Blackmoon. La poca actividad de este blog lejos de ser un menoscabo de la dignidad de Sir Edward Holst es la prueba más evidente de nuestra labor constante por alcanzar una Paz verdadera, que es lo que desea mi viejo amigo. Su viaje a Zeta Reticuli tiene un propósito muy similar, evitar que se tomen la revancha y ataquen con su ejército. Es una tarea extremadamente compleja y que pende de un hilo debido a su precario estado de salud, y ya sabemos todos a quiénes se debe.
Termino con una nota positiva, muy pronto habrá una declaración pública en Nueva York que cambiará una vez más el rumbo de la historia y yo estaré ahí con el viajero del tiempo para participar de tan especial momento.
Firmado, El Bibliotecario
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